Acá en Honduras muchas veces sabemos decir que “las cosas se parecen a su dueño”, permítanme parafrasearlo para opinar que “los empleados se parecen a su empleador, su patrón”.
El noble pueblo hondureño tiene la desdicha de contar con gobiernos formados por dos partidos políticos tradicionales, el Liberal (los rojos), el Nacional (los azules, conservadores), estos están llenos de patanes, oportunistas, aprovechados, etc.
Los gobiernos formados por ésta gente mediocre nos tienen sumidos en la más grande de las pobrezas, somos el tercer país más pobre de Latino América, después de Nicaragua y Haití, el de los más corruptos, más violento, más analfabeto, con más sida, de entre los más endeudados, con alto grado de impunidad, sangriento, llenos de epidemias, etc.
Pero el pueblo hondureño es noble y aguantador.
Así como son estos políticos, así son los empleados que contratan para trabajar en las dependencias gubernamentales. “Los empleados se parecen a su empleador”.
En la Biblia cuando Cain mató a Abel, se nos dice:
Entonces Yavé le dijo: "¿Qué has hecho? Clama la sangre de tu hermano y su grito me llega desde la tierra. Gen 4:10.
Los que han tenido la experiencia de comprar en los mercados hondureños, seguramente han vivido una situación muy peculiar, los pasillos de estos lugares están llenos de atractivas jovencitas motivando a las personas para que pasen a comprar, si el comprador no se decide a gastar, llega el momento en que esa jovialidad se convierte en insultos, ellas quieren que gastemos, sienten que han perdido su tiempo cuando no lo hacemos.
Cuando vamos a los grandes centros comerciales, vemos la impecable presentación de todo el personal de las tiendas, con su uniforme pulcro, todavía nadie me ha ofendido cuando solo miro y no compro, las instalaciones son permanentemente recorridas por personal de limpieza, bien iluminados, con amplios estacionamientos.
Cuando miro a esos empleados de ambos casos, me puedo imaginar a sus empleadores.
Cuando ustedes llegan a las instalaciones de la Dirección Nor-Occidental de Tránsito, en la salida que conduce hacia El Progreso, lo primero que van a ver es un estacionamiento para vehículos sin asfaltar y desordenado. Cuando entren al edificio sentirán un horrible olor a PACUSO(pata, culo y sobaco), no lo digo como broma o chiste, ni como exageración, si pudiéramos tomarle fotos a los olores, lo hubiera hecho y las mostraría en la red.
Es un olor espantoso, pero después de unos diez a quince minutos de permanecer en ese lugar, parece que el cerebro activa algún mecanismo de autodefensa y el olor deja de percibirse. En las tres a cuatro horas que permanecí en ese lugar, nunca miré un miembro de personal de aseo.
Cuando se llega a un lugar como ese, aglomerado de gente y con poca información, lo primero que uno hacer es preguntar qué hacer, al primer policía que le pedí información me ofreció mordida, “ahorita no hay material para licencias, pero si me da tanto se la saco, se la puedo dejar en tanto menos”, increíble, pero no es culpa de ellos es culpa del patrón.
El procedimiento consta de cinco pasos:
1. Realizar y llevar constancia de un exámen físico y de la vista.
2. Solicitar un recibo para pagar en el banco.
3. Cancelar esa cantidad en el banco.
4. Entregar datos personales y tomarse fotografía.
5. Reclamar la licencia.
Pasemos a ver con más detalle cada uno de los pasos anteriores:
1. Existen tres opciones para realizar ese examen, dos privadas y la Cruz Roja, me decidí por esta última para que mis fondos colaboraran con esta institución, pero siempre me queda la duda, acá en Honduras todo se corrompe. Este examen es una completa farsa, te ponen a leer y te dejan hablando solo, el típico rotulo que usan los oftalmólogos, te pesan, se inventan tu presión sanguínea y otros datos, eso es todo el gran examen físico y de la vista. Ese lo toman y lo tiran sin ni siquiera revisarlo en las ventanillas. El precio a pagar es de Lps. 80(US$4).
2. En este paso le informas al oficial que atiende que tipo de licencia quieres y por cuantos años, te entrega el recibo de pago que usan todas las agencias del gobierno. La de un año vale Lps. 150 (US$7), dos años Lps. 250(US$13), cinco años Lps. 600(US$31).
3. Existen dos opciones de pago, Atlántida y Banadesa, la que mejor ubicada está, la primera que la gente mira y la que tiene más personas en fila es la del Banco Atlántida. Pueden buscar la de Banadesa que casi siempre tiene menos gente esperando, por su mala ubicación se tardaran un poco en encontrarla.
4. Para este paso hay cuatro opciones, una para mujeres embarazadas, tercera edad, extravíos, reposiciones y otros casos especiales. Una para las personas que tramitaron su licencia después del año 2007. Las otras dos para todos los demás casos que no cubren las dos primeras.
5. En este paso les recomiendo que soliciten un permiso gratis que se extiende en la ventanilla del paso dos, regresen dos días después a reclamar su licencia. Si lo hacen de esta manera, solo llegarán directo a reclamarla, pero si se quedan esperando a que salga en el momento les puede tomar muchas horas, en mi caso me la entregaron a las tres horas.
En este lugar existen unos rótulos sucios y desgastados que dicen “El sistema está lento, le rogamos su compresión”. Por la apariencia de los mismos podemos deducir que el sistema ha sido, es y siempre será lento. La ilustre mente que ejecutó el proyecto de seguro no quiso comprar las máquinas originales y se decidió por los clones, para poder agenciarse unos fondos extras.
Por la mañanas está bastante lleno de gente, en las tardes pasa tranquilo, los pasos del 1 al 4 debería tomarles de 40 minutos a una hora si lo hacen en las mañanas. El paso número 5 un máximo de 10 minutos. Hagan el trámite ustedes mismos, no paguen mordidas ni tramitadores. Juégale limpio a Honduras!
Cualquier duda estoy a sus órdenes!
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